Ir al contenido principal

EL INICIO DE LA HISTORIA...



… En poquísimo tiempo mas celebraré un año de haberla conocido, celebraré la primera vez que compartimos nuestros primeros almuerzos juntos.

Recuerdo que una tarde de sol en una mesa de esa humilde cafetería de los obreros la conocí, la verdad es que me senté a acompañarle por que no habían mesas desocupadas, esa primera vez la pasamos sin decir palabra todo el tiempo que duró el almuerzo; la segunda vez fue diferente, ella vino a la mesa que yo ocupaba, aun existiendo otras desocupadas… esa segunda vez no recuerdo de las cosas que hablamos, lo único que recuerdo y lo mas importante es que la pasamos bien, que nos gusto tanto que empezamos a repetirlo a diario, lo hicimos duradero, desde ese día hasta hace poco…

Todo fue maravilloso junto a ella, conocernos así, por ventura, al azar, pasarla bien en tantos almuerzos, hasta que nos separaron, hasta que el destino mostró su verdadero rostro… desde ese entonces empezaron días de melancolía y de angustia por saber de ella. Desde que nos alejamos he pensado cada vez más en ella, he tratado de conseguir verla más tiempo, pues no era suficiente una hora al día, he pensado en hacer mil cosas para que se entere de lo mío, pero lamentablemente de nada ha servido; no sabrá que he callado ante ella y ante todo el mundo algo bello que nació dentro de mí, y así lo hice por el miedo de que nos pueda afectar a ambos y a algunos de los nuestros.

En poquísimo tiempo mas celebraré un año de haberla conocido, celebraré los cinco meses de haberla perdido, ahora puedo constatar que es tan largo el olvido y tan corto lo vivido ya que solo fueron siete meses que pasamos llenos de alegría y felicidad.

Dicen que cuando uno trata de olvidar primero tiene que recordar todo lo malo que has vivido para tomar coraje y dejar que se apodere de ti el orgullo y el resentimiento; pero no puedo, se me hace imposible olvidarla, pues entre ella y yo nunca habrá recuerdos malos, entre ella y yo todo fue maravilloso y eso hace imposible mi intento de ignorarla, la verdad es que no puedo olvidarla...

Pero, cómo olvidarla, cómo olvidar esos lugares donde los he vivido al lado ella, allí debajo del árbol donde los pájaros derramaban su bendición; como olvidar el privilegio de haberla invitado un chocolate; como olvidar las correcciones de mi actitud que hacía a la hora del almuerzo; como olvidar ese evento andino, pagando a la madre tierra, tomando chicha de jora, riéndonos hasta el anochecer, hablando una que otra cosa en forma de burla, viendo los fuegos artificiales de hermosos colores, allí, en ese lugar donde alguna vez fue la casa de enseñanza de José María Arguedas. Cómo olvidar ese primer y último viaje en un bus, compartiendo espacios con gente de nuestra clase social, endulzando la noche con risas, coqueteos y algunos caramelos colombianos con sabor a café… en verdad cómo olvidarlos...

Cómo olvidarme de ella, si a la salida del trabajo veo esa puerta lejana por donde he pasado tantas veces pensando en verla, en hacerla sonreír y en invitarle a salir… Cómo olvidarme de ella si todo me habla y me recuerda a esa gema preciosa. Se que no lograré olvidarla porque la soledad, la tristeza y los recuerdos que tengo de ella me persiguen y se aferran a hacerme compañía repitiéndome a diario que ella ya no es mía como ayer, como hoy, como siempre…

Ahora puedo concluir que sólo quien te hizo feliz hoy o mañana te puede hacer sufrir, y con ese concepto en mi cerebro vivo estos días, trato de borrar de la memoria todos aquellos momentos vividos, pero no puedo, pues sus huellas están aquí en lo mas profundo de mí.

Esta canción me recuerda esta parte del trajín.


Comentarios

Entradas populares de este blog

UNA DÉCADA DESPUÉS

Las redes sociales ayudan a ubicar personas que hace un buen tiempo dejamos de ver o perdimos contacto. Debo decir que utilizando este medio, hace un par de meses atrás, logré tener contacto con quien mi corazón tenía agendas pendientes y con quien hace más de una década atrás dejamos de vernos, dejamos de platicar. Nuestro primer reencuentro fue por medio de la mensajería instantánea. En las primeras líneas de esas conversaciones mostramos nuestra felicidad por volver a saber el uno del otro. Fuimos muy expresivos con cada letra escrita, que finalizando nuestra conversa coincidimos en que no deberíamos perder contacto y que sería fenomenal volver a vernos físicamente. Es así que compartimos nuestros números telefónicos, nos agregamos al WhatsApp y empezamos a reconocernos. Cuando llegó el día del reencuentro no podía creer que ella estaba ahí conmigo. Después de casi una década de habernos alejado por cosas de la vida realmente logramos reencontrarnos. Ella llegó con toda su luz, con ...

LO SILENCIOSO DE LO NUESTRO

Lo nuestro empezó un otoño. Aquella primera vez fue por puro gusto, pero no voy a negar que fue a primera vista. Desde ese momento no hemos dejado de escribirnos, así como tampoco de desaprovechar cualquier ocasión para besarnos, abrazarnos, tocarnos y sentirnos. Que sin importar el horario, el lugar y la gente mostramos nuestro anhelo de querer estar juntos por lo menos en esos instantes . Muchas veces,  por unos minutos  y en distintas calles desconocidas, he detenido el auto para besarnos intensamente. Me fascinaron tanto sus besos que innumerables veces quedé manchado con ese expresivo color rojo de su labial, esas huellas que se hacían a  la difícil en borrarse de mi rostro .   Así es, en el tiempo que pudimos juntarnos nos la hemos pasado besuqueándonos por doquier, yo acariciándole las piernas, los pechos, el cuello y su rostro; por su parte, ella sujetándome fuertemente la cabeza y abrazándome con todo su ser. Ese fue nuestro lenguaje con el que buscamos...

SU CALLE Y MIS RECUERDOS

Hoy he pasado por esa calle, esa ancha avenida que tiene tres carriles de subida y tres carriles de bajada. Hoy pasé por esa calle, esa que está a dos o tres cuadras de la estación del Metropolitano. Hoy pasé por esa puerta y divisé las flores, las plantas, los arbustos, las pequeñas ardillas que van trepando los árboles de ese pequeño jardín que da la bienvenida a ese condominio donde ella se hospedó. He pasado por esa calle, y en medio de este sol imperante en esta ciudad de cemento miré otras ardillas bajar del árbol a buscar agua para beber. He pasado por esa calle y recordé ese día cuando la dejé, ahí entre las rejas, sufriendo en abrir la puerta de metal y prometiéndome que pronto volvería para encontrarse conmigo, poder reunirnos y revivir la penúltima vez. Hoy he pasado por esa calle y la recordé sonriéndome y diciéndome que volvería pronto a la capital, para abrazarnos, ponernos al día de nuestras cosas y tomarnos la bebida que es recomendada en el centro histórico de esta ciu...