Hoy he pasado por esa calle, esa ancha avenida que tiene tres carriles de subida y tres carriles de bajada. Hoy pasé por esa calle, esa que está a dos o tres cuadras de la estación del Metropolitano. Hoy pasé por esa puerta y divisé las flores, las plantas, los arbustos, las pequeñas ardillas que van trepando los árboles de ese pequeño jardín que da la bienvenida a ese condominio donde ella se hospedó.
He pasado por esa calle, y en medio de este sol imperante en esta ciudad de cemento miré otras ardillas bajar del árbol a buscar agua para beber. He pasado por esa calle y recordé ese día cuando la dejé, ahí entre las rejas, sufriendo en abrir la puerta de metal y prometiéndome que pronto volvería para encontrarse conmigo, poder reunirnos y revivir la penúltima vez.
Hoy he pasado por esa calle y la recordé sonriéndome y diciéndome que volvería pronto a la capital, para abrazarnos, ponernos al día de nuestras cosas y tomarnos la bebida que es recomendada en el centro histórico de esta ciudad. Cinco meses han pasado, de primavera a verano, y esa promesa sigue latente en mí, el tiempo está pasando y aun así no he vuelto a ver su sonrisa ni he logrado oír su voz.
En su ausencia, con su recuerdo y oyendo de forma repetitiva The night we met de Lord Huron, voy trajinando las calles de esta ciudad, acompañado de mil suspiros recorro su calle, añorando en regresar a esa noche cuando fue en que realmente nos conocimos, noche de primavera, de aire frío, de susurros al oído, de palabras cariñosas y de abrazos silenciosos.
Tengo en la memoria tantas calles caminadas a su lado; aun así, no encuentro la calle que me guíe hacia aquella noche, hacia la banca de concreto cuando juntos contemplábamos esa luna enorme, quien, así como hoy se posaba imperante en el cielo infinito.
Yo he vuelto a esos lugares pensando poder encontrarla en cada paso que daba, no fue así. Entiendo que la vida todavía no ha querido que nos volvamos a encontrar. De seguro que en tiempo real el entorno seguirá igual, pero quien alguna vez me hizo feliz, estará ausente.
Y mientras voy escribiendo esta parte de la historia, esa luna enorme, llena y espectacular ahí arriba está; a veces creo que es la brújula que me llevará hacia ella, pero la noche es tan corta y efímera y la distancia entre nosotros es inmensa y duradera.
¡Wow! Tu texto es tan emotivo y nostálgico. Me encanta cómo evocas esos recuerdos con cada detalle de la ciudad y la naturaleza. Es realmente conmovedor leer sobre esa conexión especial que sigues llevando en el corazón. La canción que mencionas realmente captura la esencia de esos momentos. Espero que pronto encuentres el camino de regreso a ese abrazo tan esperado. 🌙❤️
ResponderEliminarRecuerdos, son los momentos bellos que pasaron, aunque efímeros..bellas palabras
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