Sucede que después de estar un tiempo sin saber de ella, de estar compartiendo la cotidianidad de mis días con mi soledad, hoy recibí una llamada de aquella dulce mujer; debo decir que al escuchar su voz eché por la borda mis ganas de reclamarle por la ausencia que dejó en mí.
Así es, recibí la llamada de aquel amor secreto y la felicidad invadió mi corazón, solamente con escuchar su risa, hizo que mi mundo se torne en algarabía y que de una forma peculiar ha inspirado para que yo siguiera escribiendo los recuerdos que nos atañen.
En ese encuentro telefónico hablamos de sus cosas y las mías, de como lo estamos pasando alejados, le dije que los recuerdos a diario me abrazan y hacen que clame por su pronta llegada. Al concluir la plática telefónica me acordé lo que en nuestro ultimo encuentro me comentó: "que guarda un secreto para aquellos que le han herido el corazón"; no me contó los detalles, pero me dejó una pista y está relacionado a una canción.
Mientras hablaba con ella, me acordé de aquellos tres días en que estuvimos en ese hermoso paraje andino, el primer día yo quise regalarle una rosa roja, quise cortarlo de aquel ajeno rosal; pero lamentablemente no pude, pues no podía romper mis valores de no hurtar, ni tampoco podría corromper a personas que observaban mi accionar.
Tal vez ese momento, con la rosa roja en la mano, hubiera logrado decirle que nunca me iría de su lado, que nunca la abandonaría, que siempre sería su jardinero y que nunca dejaría de regarla con el agua mas pura que es el amor; decirle que mi aprecio y mi amor por ella es distinto a los que otros puedan sentir.
Debo reconocer que muero por volverla a ver a aquella mujer, con quien pase tres días maravillosos; que al final el reto interno que nos hicimos, Yo he perdido y que la victoria ha sido solo de ella, pues; aunque a veces me cuesta aceptarlo ha logrado posicionarse en mis sentimientos tanto así que estos últimos tiempos la estoy necesitando mucho mas que ayer.
Los momentos en que la necesito, para calmar esta ansiedad, trato de contentarme pensando en que ambos nos extrañamos y que el amor y la amistad siguen allí, intactos, donde nadie podrá destruirlo y donde nadie logrará interponerse; pero cuando vuelvo a la realidad la historia es totalmente diferente y duele.
Desde que por primera vez la vi quedé contemplado, fue en esa primera reunión que tuvimos, hace un par de años atrás, cuando mi corazón me dijo que con ella compartiría una parte de mi vida y así fue... Hoy la vida sigue su curso, la extraño y de seguro ella también me extraña, vivo pensando en volver a verla pronto y de seguro que ella también vive así, esperando que ocurra ese encuentro mágico y maravilloso.
Comentarios
Publicar un comentario