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YA NADA ES COMO AYER

Hoy, después de haber pasado larguísimo tiempo sin ella, pude al fin encontrarla y nuevamente pudimos conversar; aunque fue corto el tiempo que escuché su voz y su risa, me alegró el día y me llenó de felicidad ese momento; sinceramente fue divertido, relajador y motivador.


En este encuentro quise compartir con ella el diálogo de el principito y la rosa, pues anteriormente ya le había hablado al respecto; pero lamentablemente no hubo oportunidad para hacerlo verbalmente, por ello he querido hacerlo por este medio, por si alguna vez encuentra la oportunidad de leerlo:



-“Te amo” - dijo el principito… -“Yo también te quiero” - dijo la rosa. 

-“No es lo mismo” - respondió el principito… "Querer es tomar posesión de algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas personales de afecto, de compañía… Querer es hacer nuestro lo que no nos pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto nos reconocemos carentes. Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad hay sufrimiento. Cuando el “bien” querido no nos corresponde, nos sentimos frustrados y decepcionados. Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo… Amar es desear lo mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Es un sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento. Cuando una persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha esperado del otro. Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el simple y puro placer de dar.

Pero es cierto también que esta entrega, este darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento. Solo podemos amar lo que conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de ti, de tus alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error. Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos de alegría. Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.”

-“Ya entendí” - dijo la rosa. -” No lo entiendas, vívelo” -dijo el principito.”



Una vez cumplido lo ofrecido, quiero que se entere que en estos últimos días, mientras que el tiempo pasa, nuestros encuentros son esporádicos en comparación al ayer, en aquellos tiempos pasados nos necesitábamos a cada día, nos buscábamos hasta lograr encontrarnos; pero ahora, en estos días, logramos encontrarnos una o dos veces a la semana y creo que en ella de a pocos va muriendo la ilusión, la magia y el rito. Quisiera que eso no fuera cierto y si lo es, quiero que sepa que yo seré feliz mientras ella sea feliz, no importa donde esté y con quien esté, yo compartiré su felicidad aunque me deje sin su compañía.


Estos días, por su ausencia, vivo recordando todos esos lugares por donde caminamos juntos, pues fueron cuadras enteras que me acompañaba con sus cosas, con sus gestos y con su alegría; ahora que ya no es así, me pregunto, ¿se recordará ella de mí?, si aún recuerda lo nuestro, quisiera decirle al oído que siempre estará aquí, conmigo y que por siempre vivirá dentro de mí.

Cuando estaba a su lado, mis noches eran mágicas, teníamos un mundo nuevo para los dos, un mundo ideal que habíamos creado juntos, el cual pensé que sería duradero; pero no, no es así; las cosas han cambiado rápidamente y nos hemos alejado lentamente. A pesar de que sabe lo que siento por ella, poco a poco está alejándose y duele aceptar que esto debe ser así... Ella ha ingresado a mi vida sin pedirme las llaves, llegó de un de repente y sin avisarme, llegó tal vez en el momento en que mis noches eran oscuras y quiso iluminarlo para que yo muestre mi verdadero ser, y así fue, he tratado de mostrar lo mejor de mí en cada hora que he compartido a lado de ella. No voy a negar que las veces que he tenido noticias suyas mi corazón se alegró porque pienso en que esa noche la veré y tendré su compañía solamente para mí; pero el destino se niega a darnos esa oportunidad pues hace que llegue la noche sin ella, hace que llegue la noche sin ti.

Ella no sabe cómo me he sentido y cómo me siento cuando deja de asistir a nuestros encuentros; no se imagina cuánto la extraño y como pasan mis días sin tener noticias suyas; no se imaginará que mis noches se han tornado en desiertos, que han vuelto aquellos tiempos del ayer, que trajino por la ciudad envuelto en mi mundo interior pensando en qué hacer para que mis sentimientos cambien. 

La soledad, por su parte, envuelto en gotas de lluvia y ambiente frío, intenta hacerme compañía tratando de hacerme comprender que nada es para siempre, diciéndome que todo lo que nace ha de morir… pero no puedo aceptarlo, no puedo acostumbrarme a estar sin ella, todavía no me ha dejado completamente y ya la extraño demasiado...  ahora, ¿Cómo vivo sin ella? ¿cómo vivo sin ti.



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