Hace un par de años atrás conocí a una dulce dama, esos tiempos yo empezaba a trabajar donde aún sigo trabajando hoy, la primera vez que me la presentaron me cayó bien, era muy sencilla, mostraba honestidad y se llevaba muy bien con mi hermano, pues fue él quien me la presentó.
Debo decir que en esos tiempos, como hoy, nunca llegó a gustarme tanto, acepto que se mostraba tan sencilla conmigo, que era muy hermosa, que contaba con una profesión y por lo que sé, hoy pasa sus días viajando por el mundo (http://www.bicicleting.com/?p=1034).
Una tarde, saliendo del trabajo tuve la oportunidad de encontrarme con una de sus compañeras de trabajo de esos tiempos, su amiga mas cercana de aquellos tiempos. Nos pusimos a conversar y recordar un poco el pasado, yo como siempre he preguntado por ella, pero lo hice sin ningún motivo especial, lo hice porque en aquella oficina, en donde trabajaban, eran las dos quienes mostraban ser buenas amigas y las veces que logre verlas, siempre estaban juntas.
A la pregunta, su respuesta me causaba extrañeza, me decía que no sabía nada de ella, me dijo que no tenia mínima idea de donde estaba y que ya hace buen tiempo atrás había perdido contacto con ella, fue entonces que en mi interior cambiaba el concepto de la amistad femenina a quien lo consideraba que era mejor que el masculino. Entendía que a veces nos olvidamos de los buenos momentos que pasamos con nuestros amigos, con aquellos quienes fueron muy desinteresados con nuestra amistad; en esos momentos comprendía que también la amistad tiene sus momentos efímeros aunque cueste aceptarlo…
Respondiendo a mi pregunta me dijo que no sabía nada de ella, me dijo a la letra: "... no tengo la mínima idea de donde se encuentra tu amor platónico...", no lo comprendía, me causaba mucha gracia oír eso, ¿amor platónico?... nunca imaginé oír esas palabras por preguntar desinteresadamente por una dama, pensé que ella sabía algo que yo no sé, pues todo su entorno sabían que tengo una familia y un hogar, se los dije cuando me lo presentaron, pero creí que tal vez se le había olvidado o quizá estaba jugando; la verdad es que me causo mucha gracia que me dijera eso; además esa respuesta me causaba muchas interrogantes.
Una tarde, saliendo del trabajo tuve la oportunidad de encontrarme con una de sus compañeras de trabajo de esos tiempos, su amiga mas cercana de aquellos tiempos. Nos pusimos a conversar y recordar un poco el pasado, yo como siempre he preguntado por ella, pero lo hice sin ningún motivo especial, lo hice porque en aquella oficina, en donde trabajaban, eran las dos quienes mostraban ser buenas amigas y las veces que logre verlas, siempre estaban juntas.
A la pregunta, su respuesta me causaba extrañeza, me decía que no sabía nada de ella, me dijo que no tenia mínima idea de donde estaba y que ya hace buen tiempo atrás había perdido contacto con ella, fue entonces que en mi interior cambiaba el concepto de la amistad femenina a quien lo consideraba que era mejor que el masculino. Entendía que a veces nos olvidamos de los buenos momentos que pasamos con nuestros amigos, con aquellos quienes fueron muy desinteresados con nuestra amistad; en esos momentos comprendía que también la amistad tiene sus momentos efímeros aunque cueste aceptarlo…
Respondiendo a mi pregunta me dijo que no sabía nada de ella, me dijo a la letra: "... no tengo la mínima idea de donde se encuentra tu amor platónico...", no lo comprendía, me causaba mucha gracia oír eso, ¿amor platónico?... nunca imaginé oír esas palabras por preguntar desinteresadamente por una dama, pensé que ella sabía algo que yo no sé, pues todo su entorno sabían que tengo una familia y un hogar, se los dije cuando me lo presentaron, pero creí que tal vez se le había olvidado o quizá estaba jugando; la verdad es que me causo mucha gracia que me dijera eso; además esa respuesta me causaba muchas interrogantes.
para terminar esta primera parte debo decir que la amistad que tuve con la que hoy la denomino "mujer de otras expectativas" fue tan corta que ni siquiera me percaté de sus gustos y disgustos, debo reconocer que ella es muy simpática y muy carismática, pero desde esa apreciación nunca pasó a gustarme, interesarme o tenerla como amor platónico.
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