Desde ese tiempo hasta ahora, nuestro mundo, el mío y el de ella, cambió para siempre, estamos enfrentando una dura revolución donde ya nada es igual, el agua que fluye y corre por el río es como nuestra historia vivida, pasa una sola vez y nunca más retornará.
Aquellos lugares donde vivimos con dicha y alegría nunca más serán las mismas, las diferentes sillas y mesas de ese restaurante donde muchas veces nos sentamos a conversar de la nada y donde incansablemente compartimos sonrisas, nunca volverán a conocer una historia similar a la nuestra. Esos pequeños lugares que oyeron nuestras bromas y risas, nuestras charlas de importantes temas que a veces nos cansaba y nos alejaba más, de seguro deben estar tristes por nuestra ausencia, por nuestra pronta despedida; ya que en su existencia no vivirán cosas parecidas a lo que vivimos al lado de ellas.
Aquel viejo roble que dibuja el panorama de la entrada al humilde comedor debe extrañarnos de seguro, ya casi nadie se para allí para sombrarse del sol imperante, ya casi nadie se acuesta al lado de él a reírse a carcajadas por cualquier cosa.
Hoy, al caminar este trayecto, por donde pocas veces caminamos el uno a lado del otro, recuerdo aquella carta que redacte en mi cabeza, aquella que nunca policopié en una hoja, aquella que nunca llego al buzón de su correo electrónico, que nunca llegó a su corazón... el texto era la siguiente:
“Querida Gema, luego de que el fin de semana pasado haya sufrido un shock pulmonar, he pensado en hacer lo que hasta ahora no se me permitió hacer, manifestar lo que callo y mostrar lo que guardo por esa persona especial... Verás que este tiempo de invierno me acompaña, pues solo faltan poquísimos días para dejar de vernos en los almuerzos, tengo tristeza y la melancolía me embarga al pensar que tal vez no vuelva a verte en largo tiempo… Sabes? Hoy he recordado todo lo poco que hemos vivido, he recordado aquellos pequeños detalles, pequeños espacios que crearon tantos recuerdos agradables e inigualables; debo decirte que nuestra amistad ha sido una de las que nunca he tenido y las que difícilmente lo olvidare. Me cuesta aceptar que la vida es así, en un momento dado tienes que apartarte de alguien especial sin decirle lo mucho que lo estimas, que te interesa sus cosas, que te agrada almorzar con su compañía, que te gustaría verla feliz cada día, que la quieres y que tienes guardado un sentimiento especial e inigualable...”
Debo decir que me siento tranquilo, ya que mi tarea, el de todos los almuerzos, los he cumplido a cabalidad, aunque acabaron en lo menos esperado, pues ella de seguro debe saber que solo para verla he ido a cada día, solo para hacerla reír los mediodías, para alegrarle y limar las penas y lograr que sientan envidia los demás; si no lo sabía, quisiera que hoy se entere que solo para eso he ido tantas veces a ese viejo y humilde comedor… Está pasando el tiempo y por fin pude abrir los ojos y ver que entre ella y yo todo fue muy especial, fui suficientemente importante para ella como ella lo fue para mí y me alegra que eso nunca dejará de ser así...
Están pasando los años y no se nada de ella… estamos primeros días de julio, pasan los días nublados, todo oscuro, hace frío, sobre el rostro del tiempo roza una lagrima, sus ojos se notan llorosos y al rededor un sabor a mar vagabundea, que al primer descuido se introduce raudamente hasta los pulmones.
Así pasa el tiempo, deseando llenarnos de angustia, pero no lo consigue… Estos días lo estoy pasando muy alegre, me alegro al amanecer y al anochecer con mi princesa, que me interrumpe a cada instante que empiezo a escribir; me paso los días conversando con los contactos de la red social, escribiendo alguna historieta, compartiendo cosas mías que considero hermosas y lo mejor es que a diario siento el latir de la vida… de mi vida...
Así pasa el tiempo, deseando llenarnos de angustia, pero no lo consigue… Estos días lo estoy pasando muy alegre, me alegro al amanecer y al anochecer con mi princesa, que me interrumpe a cada instante que empiezo a escribir; me paso los días conversando con los contactos de la red social, escribiendo alguna historieta, compartiendo cosas mías que considero hermosas y lo mejor es que a diario siento el latir de la vida… de mi vida...
Y para terminar la historia esta canción es la elegida.
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