Hoy me puse a revisar mis archivos fotográficos de ese ultimo viaje, de los pocos que me queda en este celular, pues las fotos mas antiguas creo que ya los perdí porque el dispositivo electrónico donde los guardaba hace un buen tiempo atrás se bloqueó. Y entre las pocas fotos al que tengo acceso veo que gran cantidad de ellas corresponden a un mismo día y a un mismo lugar. Corresponden a esa casona eterna. En esas fotografías eternas yacen aquellas hermosas rosas rojas, allí donde el sol se mostraba imperante, y donde ella con sus anteojos oscuros mostraba su risa y su rostro al natural. Ahora, esa hermosa rosa roja debe seguir en ese pequeño jardín, floreciendo y dándole un brillo sin igual. Cierro mis ojos y la veo con sus anteojos marrones oscuros, toda reluciente y sencilla, mostrando su mejor pose para la foto del recuerdo. Cierro los ojos y me veo en esa casona eterna donde revivimos nuestra historia milenaria, donde casi lloramos juntos por todo lo que narraban aquellas imá...
Una etapa de nuestra vida