Ha pasado casi un mes desde que por vez primera tuvimos nuestra primera cita, así es, fueron esos primeros días de primavera que estuvo conmigo, ese día su beso de despedida debió terminar en mis labios pero lamentablemente solo quedó en mis mejillas. Estuvo a mi lado un momento, luego se despidió con su hermosa sonrisa y un beso volado que a diario evoco. Ese día todo fue maravilloso, estar a su lado, tomarla de la mano y especialmente oír lo que sus labios pronunciaron. Me entusiasmé demasiado cuando dijo que le gustaba saber de mí, que le gusta que le escriba a cada fin de semana y que la pasa bien cuando la hago reír. Ese día debí haberle dicho que estaba loco por ella, que me gusta tanto y que no importaba lo separados que estuviéramos, yo la esperaría; pero no dije palabra, no me arriesgue a recibir una respuesta negativa de ella, si lo hubiera hecho hoy en día tal vez las cosas serían diferentes; y mi corazón no estaría muriendo por no tenerla ni ...
Una etapa de nuestra vida