Ha pasado casi un mes desde que empecé a compartir una hora de cada noche con aquella lejana amiga, ha pasado casi un mes desde que entre risas y coqueteos empezó a gustarme más a cada día; empecé a sentirme atraído por su voz y su risa, por sus ocurrencias y por nuestras poquísimas diferencias. Pero ocurre que dé a pocos ha dejado de verme, tal vez sea que los azares de la vida no le hayan permitido asistir a nuestro ansiado encuentro, el que pactamos al inicio de esta historia. Así es, de una u otra manera está dejando de lado nuestro rito, aquel que al inicio me llenaba de algarabía y felicidad; reconozco que ha logrado domesticarme y me sentí feliz por ello, porque creí que así como ella es única para mí, pensé que para ella yo era único también; pero me doy cuenta que no es así; pues en un mensaje no convencional me ha dado a entender que no está preparada para hacerse cargo de lo que ha domesticado, pero no la culpo, ella no es culpable de nada; todo lo que he vivido a lado de ...
Una etapa de nuestra vida