Ha pasado casi un mes desde que un jueves del tercer mes del año la dejé en esa esquina. No olvido que esa ultima vez en que la vi se fue dejándome su sonrisa encantadora y su perfume particular. Ese día no hubo beso y abrazo de despedida, nos dejamos sin decir adiós, pues creíamos que prontamente volveríamos a vernos; y aquí estoy esperando ese pronto reencuentro. Nuestro alejamiento ocurrió ese mes en que el verano mostraba su mejor esplendor. Desde ese día he perdido la cuenta de las veces que he pasado por esas calles donde juntos recorrimos dándonos tanto cariño. Desde que nos alejamos he pasado infinidad de veces por su paradero, ese mismo espacio geográfico donde muchas veces nos encontramos y donde ella con su sonrisa hacía que el día brillara. Recuerdo que un jueves de marzo nos conocimos y la vida hizo que años después, el mismo mes y el mismo día nos dijéramos adiós, sin decirnos adiós. El día en que nos dejamos jamás pensé que sería el inicio del fin. Muy optimista o quizás...
Una etapa de nuestra vida