Ayer llovía en esta fría ciudad, en aquella esquina donde un par de veces me encontré con una respetable mujer, yacía una dama muy parecida a ella, en ese instante me acordé de aquella mujer de bustos proporcionados, de una figura sensacional que me hacía olvidar mis principios y convicciones de lealtad, sus labios no tan carnosos, hermosos que al besar demostraban ser pequeños, me gustaban sentirlos cada vez y con más frecuencia. Esa mujer era una de las personas que marcaron mucho en mi vida, porque desde que la conocí tuvo la capacidad de escucharme y aconsejarme sin burlarse ni criticar mis tontos pensamientos y mis sucios juegos sentimentales que tenía en mi vida de ese entonces. Aquella mujer compartió conmigo sus miedos, sus penas, sus sueños y sus planes; en esa etapa de mi vida ambos nos divertíamos de lo mejor, caminábamos cuadras enteras, brindándonos sonrisas, sintiendo su mano sobre el mío, un par de veces abrazándola, besándola y haciéndole olvidar sus pr...
Una etapa de nuestra vida